Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El Gobierno no sólo no tiene inconveniente en que se tomé en consideración la proposición que el Sr. López Botas, con otros Sres. Diputados, ha tenido por conveniente presentar, sino que la ha oído con mucho gusto; con tanto mayor gusto, cuanto que el Gobierno se está ocupando de este asunto con todo el celo y actividad que se merece. Y puedo asegurar al Sr. López Botas, que si no hubiera sido por los obstáculos financieros con que tropieza el Ministro de la Gobernación, a estas horas hubiera podido dar algún fruto sobre esta materia; pero ya que estos obstáculos financieros no le permiten proceder con la actividad que el asunto requiere, yo le puedo asegurar a S.S. que están muy adelantados estos trabajos, y que estoy estudiando la manera de ver si vendiendo o enajenando los malos establecimientos que tenemos, podemos llevar a cabo la importantísima reforma que propone S.S. en la proposición que ha apoyado, y que yo ruego a las Cortes se sirven tomarla en consideración.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El [693] Ministro de la Gobernación se ha ocupado ya de este asunto, y si no hubiera sido porque no ha tenido en el presupuesto cantidad con que cubrir los gastos de ese servicio, ya habría llevado a cabo lo que el Sr. López Botas desea.

Ha tratado también de combinar la ida de los correos a La Habana con las islas Canarias; pero se ha encontrado con la dificultad de que con tocar en las islas Canarias, perdía el correo de La Habana treinta y seis horas. No puede, pues, hacerse la reforma que desea S.S., y que es justísima, hasta los nuevos presupuestos; pero en mi deseo d satisfacer las necesidades de aquellas islas, si a consecuencia de la reforma que en correos se ha verificado, que se publicará uno de estos días en la Gaceta; si a consecuencia de esa reforma puedo aprovechar algo de las economías que resultan para llenar ese servicio, antes de que lleguen los nuevos presupuestos quedarán satisfechos los deseos de aquellas islas, que no sólo deben ser atendidas porque son hermana de toda España, sino que todos tendremos un deber de gratitud para con ellas, por el patriotismo y la lealtad con que tratarían a nuestros compañeros de infortunio. Todos los generales y demás individuos que allí estuvieron perseguidos por la situación anterior, están agradecidísimos y dispuestos a hacer todo lo que puedan en beneficio de aquellas islas.

Reciban, pues, desde aquí, desde este banco, aquellas islas la expresión de la gratitud de las Cortes constituyentes, por la lealtad y patriotismo con que se condujeron respecto de los que entonces estaban en la desgracia.